Hace ya algunos años, muchas empresas de tecnología empezaron a desarrollar dispositivos para el hogar como una de las líneas con más potencial en sus catálogos de productos.
Algunos diagnósticos sobre la incorporación de estas tecnologías al consumo masivo fueron más acertados que otros, pero es una realidad que hoy las llamadas smart homes son tendencia en varios países del mundo.
¡Veamos algunas recomendaciones!
Controles a distancia
Para algunos solo un chiche, para otros un nuevo estándar de confort: muchos de los artefactos del hogar ya se pueden manejar desde donde estés.
Abrir las cortinas sin moverte de la cama, programar una combinación de luces para cada momento del día o encender el aire acondicionado antes de llegar a casa para que te reciba con la temperatura ideal son algunos de esos lujos que ya no pertenecen a un imaginario futurista.
Para poder usarlos se necesita nada más -y nada menos- que dispositivos compatibles con esta función. Por ejemplo, los interruptores de persianas con WiFi que se consiguen en Mercado Libre y las lamparitas especiales de luz LED.
Cerraduras inteligentes
Empresas como Samsung y Xiaomi aprovecharon sus tecnologías para producir dispositivos para mejorar la seguridad de las cerraduras tradicionales.
Las formas que eligieron para reemplazar a las llaves tradicionales van desde una lectora de huellas digitales, hasta soluciones más complejas que permiten la apertura de puertas a través de un celular o de contraseñas aleatorias.
En sus primeras versiones, los precios de las cerraduras inteligentes restringían su uso a hoteles de calidad u oficinas de grandes empresas. Hoy se consiguen versiones más accesibles que las van acercando a su implementación hogareña.
Cámaras de seguridad
En la misma sintonía que las cerraduras inteligentes, otro dispositivo de seguridad que bajó mucho su precio de venta en comparación a sus orígenes es la cámara de seguridad.
Lo más interesante de esta innovación es su complementación con los celulares: ya es posible monitorear tu casa en tiempo real desde cualquier lugar y grabar todos los movimientos sin costos exorbitantes.
La variedad de cámaras es muy grande. Incluso se abrió una nueva segmentación para cubrir distintos usos, que van desde el monitoreo de bebés hasta versiones ocultas en focos de luz que registran audio y video.
Asistentes virtuales
Los “cerebros” de la domótica son los llamados asistentes virtuales o smart speakers. Los llamamos así porque son los dispositivos que “escuchan” las órdenes de los usuarios y las ejecutan.
Cada vez son más los dispositivos del hogar que incluyen una conexión WiFi o Bluetooth para sincronizarse con los asistentes virtuales. Su uso es verdaderamente fácil. Basta con decir en voz alta la instrucción “Reproduce Bohemian Rhapsody en la cocina” para que empiece a sonar Queen en la computadora o las bocinas asociados a esa habitación; o saludarlo con un “Buenos días” para que te cuente un resumen del pronóstico, las actividades en tu calendario y las noticias de prensa que tienes que saber antes de salir.
En nuestro país el asistente más conocido es Alex y se consigue en algunas de las cadenas de electrodomésticos más grandes. En otros mercados también presentes muy fuerte los modelos con el asistente Google Home.
Smart plugs
El último de los dispositivos que queremos destacar es quizás el más simple y versátil. Los smart plugs no son otra cosa que adaptadores para enchufes que se pueden encender y apagar a distancia para permitir o no el paso de la corriente.
Dicho así, nada muy novedoso. Pero cuando empezamos a pensar en el potencial que tiene la programación automática de ese on/off, se abre un mundo mucho más interesante. Imaginemos artefactos muy viejos como las máquinas de café antiguas. Imaginemos poder dejarlas conectadas siempre y programar para que se enciendan cada día a las 7:30 para que a las 7:45 tengas listo tu café para desayunar. Imaginemos que después del café, a eso de las 8:00, se vuelve a desconectar hasta el día siguiente. Útil, ¿no?
Claro que también los smart plugs pueden adoptarse como una manera de ahorrar energía y desconectar todo lo que no haga falta tener conectado con un solo botón del celular. Es una buena manera de bajar las facturas mensuales de electricidad y contribuir con el cuidado del ambiente.